
¿Acaso no has visto el cartel?:
"Prohibida la entrada de ranas".
Y el cerebro se me empieza a deshacer,
pero yo no estoy loco, -¡que yo no estoy loca!-,
que yo no estoy loco.
Y ahora, ¿a qué vamos a jugar?
Sueño de aroma, y luego... nada;
andrajos, rencor, filosofía.
Roto en tu espejo tu mejor idilio,
y ya de espaldas a la vida,
es tu oración de la mañana:
¡Oh!, ¡para ser ahorcado, hermoso día!
Salgo de cero; lo primero, el frío y el calor.
Luego me dejo llevar.
Salgo de cero, a ver si entiendo la vida mejor,
luego me estudio cada sensación.
Salgo de cero; lo primero aprender a volar.
Luego me dejo caer.
Salgo de cero, y voy dejando todo tan atrás
que hoy no me vale la ropa de ayer.
Cuando no hay nada que hacer,
yo puedo ser, con rocín flaco y galgo corredor.
Cuando no hay nada que hacer,
vuelvo a empezar: soy Don Quijote,
y el molino -¿dónde está?
Dejo de ser con rocín flaco y galgo corredor;
cuando no hay nada que hacer puedo elegir
¡Paso de todo! ¡Quieto, jabalí!
Ni tú, ni yo, ni perro que nos ladre,
ni el calor del sol.
Hoy morirán hojas y animales,
más no morirán para siempre.
Y en su transformación de mañana
darán con más calor,
a la tierra de su muerte,
pasado mañana, brotes de esperanza.
¡Y yo no he muerto!.
Si tengo frío, me caliento.
Si tengo miedo -que no lo tengo- susurro y pienso,
y para mañana, ya me he comido
mi pequeña ración de esperanza.
Extremoduro - Caballero andante (¡No me dejéis asíííí!)
"Prohibida la entrada de ranas".
Y el cerebro se me empieza a deshacer,
pero yo no estoy loco, -¡que yo no estoy loca!-,
que yo no estoy loco.
Y ahora, ¿a qué vamos a jugar?
Sueño de aroma, y luego... nada;
andrajos, rencor, filosofía.
Roto en tu espejo tu mejor idilio,
y ya de espaldas a la vida,
es tu oración de la mañana:
¡Oh!, ¡para ser ahorcado, hermoso día!
Salgo de cero; lo primero, el frío y el calor.
Luego me dejo llevar.
Salgo de cero, a ver si entiendo la vida mejor,
luego me estudio cada sensación.
Salgo de cero; lo primero aprender a volar.
Luego me dejo caer.
Salgo de cero, y voy dejando todo tan atrás
que hoy no me vale la ropa de ayer.
Cuando no hay nada que hacer,
yo puedo ser, con rocín flaco y galgo corredor.
Cuando no hay nada que hacer,
vuelvo a empezar: soy Don Quijote,
y el molino -¿dónde está?
Dejo de ser con rocín flaco y galgo corredor;
cuando no hay nada que hacer puedo elegir
¡Paso de todo! ¡Quieto, jabalí!
Ni tú, ni yo, ni perro que nos ladre,
ni el calor del sol.
Hoy morirán hojas y animales,
más no morirán para siempre.
Y en su transformación de mañana
darán con más calor,
a la tierra de su muerte,
pasado mañana, brotes de esperanza.
¡Y yo no he muerto!.
Si tengo frío, me caliento.
Si tengo miedo -que no lo tengo- susurro y pienso,
y para mañana, ya me he comido
mi pequeña ración de esperanza.
Extremoduro - Caballero andante (¡No me dejéis asíííí!)
Hay que saber leer entre líneas. La vida está llena de palabras en frases que no significan nada. La verdad se esconde donde no podemos verla a simple vista, donde nos espera mirando fijamente al suelo... y si nos acercamos un poco más y miramos hacia arriba, resulta que la mentira le pisa la nuca para que no pueda levantarse. Así quedará enterrada, así quién no quiera encontrarla no la verá... y una vez sea liberada el tiempo la pondrá en su lugar, y quedará para siempre en la memoria de los que la vieron... pero no en su corazón.
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